Nos dábamos cita en San Sebastián un buen puñado de mojoncicos la
mañana del sábado para recoger nuestros respectivos dorsales y
representar al día siguiente a nuestro querido y entrañable club
KILOMETROCERO-CASPE por las calles y paseos de la bella San Sebastián.
Los miembros éramos los siguientes: Marina Gargallo en la 10k,
Marcos Rodrigues, Pilar Poblador y Javier poblador en la Media Maratón y
José Sancho en la Maratón; sin olvidarnos de los caspolinos Nacho
Gargallo en la 10k y Víctor Callao en la Media Maratón; espero y deseo
que estos dos últimos pasen a formar en breves parte de nuestra
asociación deportiva.
La jornada del sábado la dedicamos para el turismo tanto
paisajístico como gastronómico, este último con moderación en horarios
nocturnos.
En lo meramente deportivo todos acabamos satisfechos con nuestras actuaciones en nuestras respectivas carreras.
Marina: posición 724, 1:07:07 en la 10k.
Marcos: posición 797, 1:51:54 en la Media, Javier 441, 1:36:33 y Pilar 932, 2:02:56.
José: posición 782, 3:09:29, en la Maratón.
La película de la Maratón:
Después de una intensa jornada de Sábado en la que a
primera hora estábamos recogiendo los dorsales, posteriormente dimos
paso al turno del turismo durante todo el día con los pintxos siempre
acompañándonos en la retaguardia, quizás todo este trajín hizo que
sorprendentemente a las 11 de la noche estuviera durmiendo plácidamente.
La mañana del domingo apareció para mi a las 6:15 am,
sorprendentemente (todavía no me lo creo) había dormido 7 horas
seguidas, un suceso absolutamente inaudito si recuerdo las escasas hora
de sueño en mis 2 maratones anteriores. Preparé un completo desayuno y
junto con Nacho, Marina y Marcos nos fuimos dando un paseíto a Anoeta.
La climatología de la mañana era la típica de una mañana invernal
en el País Vasco; 3 grados de temperatura y una sensación térmica
heladora, el cielo gris, con algún momento del clásico chirimiri y un
fresquito calador. La condición atmosférica nunca ha sido una excusa
para nosotros y esta vez no iba a ser menos; nos despedimos y todos nos
fundimos en abrazos deseándonos suerte y sobretodo kilómetros de
diversión y cada uno a su cajón de salida.
Una vez sonó el pistoletazo de salida a correr, tomé la salida con
las ideas muy claras, enganchar la liebre de 3:15 para posteriormente
incrementar el ritmo y dejarla una vez alcanzados los 10km. En un
principio hice eso, en el primer km encontré dicha referencia pero no
acababa de encontrarme del todo a gusto, debido a la gran cantidad de
atletas que íbamos con esta marca, correr a un ritmo constante era una
tarea muy complicada, por lo tanto al llegar al km 8 decidí aumentar el
ritmo y abandonar dicho grupo; si quería bajar de las 3h 15 min en la
línea de meta, esa era la única manera de conseguirlo, siendo ambicioso a
la vez que alocado.
La verdad sea dicha que a partir de ese momento me empecé a
encontrar genial corriendo siempre por debajo de 4min 20seg el km. Así
fueron pasando los kilómetros hasta completar la distancia de la media
maratón con unos discretísimos 1:36; lejos de bajar el ritmo logre
incrementarlo y la recuperación de puestos en la clasificación era
continua, adelantando grupos de corredores de forma constante. La verdad
es que mis sensaciones tanto físicas como mentales estaban a prueba de
bombas e iba todo sobre ruedas hasta alcanzar el km34.
ayyy!!! dichoso km 34, en dicho momento comenzó mi
batalla personal contra el tendón de Aquiles, glúteo, isquiotibiales y
demás zonas de mi cuerpo; los problemas físicos los podía ir soportando
acomodando la zancada, cogiendo grupos, etc; pero mi cabeza, quien
controlaba mi cabeza?, el desgaste mental de hacer prácticamente toda la
carrera en solitario era tremendo e ideas estúpidas y negativas no
paraban de abordar mi mente, ideas del tipo, que hago aquí?, y si me
paro,que pasaría?, etc.Por fortuna eso de rendirme no entra en mi
vocabulario y conseguí en esos momentos críticos nunca bajar de 4:45.
Por fin alcanzo el km 40, los aledaños de Anoeta, la multitud de
público inunda las calles y eso me provoca un subidón tremendo lo cual
hace desaparecer de mi cuerpo hasta la mas mínima molestia y a
disfrutar. En el km 41 estaban Marina,Nacho e Isabel, animando sin
cesar, que momento mas increíble, lo siguiente fue entrar en el estadio,
y dar la vuelta a la pista de atletismo gozando como un auténtico niño.
Lo había logrado, cruzar la línea de meta 6 minutos por debajo de mi
mejor marca en esta distancia, 3:09:29; en ese momento realmente estaba
fundido, mareado, aturdido, tiritando de frío, pero el cálido abrazo con
Marina ,nada mas recoger la medalla me revitalizó de inmediato.
Destacar la gran labor de Nazareth e Isabel como fotógrafas y apoyo
tanto psicológico como dándonos todas las facilidades posibles con los
siempre incómodos abrigos y demás ropajes.
Abrazos a todos y pelead por vuestros sueños, vale realmente la pena.