Y con zapatillas de clavos, y sin chipes ni gepeeses ni gaitas ni mandangas, con el gancho desde el primer metro, sin que faltara el barro y con hierba hasta el tobillo: así era el mundo del cross. Y así me apetece recordarlo, pues aunque hoy sea una prueba residual, hace unos 40 años, antes de que las carreras populares se popularizasen era casi la única forma de competir. Basta explicar batallitas. A pesar de los 4 grados bajo cero de por la mañana, el sábado me obligué a hacer un ejercicio de nostalgia y decidí intentar correr un cross en Guastalla, provincia de Reggio Emilia. Casi lo consigo, pues salí y llegué, es cierto, pero lo de correr es otra historia: le echaré la culpa a la fecha que han puesto en mi carnet de identidad. Al final, a pesar del motorcico de carbón que llevo esta temporada, visto que se me acabó el gasoil hace un par de años, primero entre los mayores de 50 años (aquí nos llaman Veteranos A a los nacidos en 1963 y años anteriores) y 6 400 metros en 24'25". Y disfruté como un chaval y me volví a enamorar una vez más (soy de corazón frágil) de este deporte; tanto, que el sábado 16 de febrero pondré en marcha de nuevo la caldera de carbón y lo volveré a intentar en Fraga en el Cross de la Estacada, esta vez al lado de casa. Buenas sensaciones a todas y a todos.
El domingo hice una popular en Granarolo de 13,5 km en 59'10" para oxigenar las piernas.
Gracias Carlos, por contarnos el autentico y pionero atletismo en toda su esencia.
ResponderEliminarSigue disfrutando, "Sei il padrone"