domingo, 7 de diciembre de 2014

23ª Media Maraton de Tarragona

¿Leones o huevones?
Un nutrido grupo de mojoncicos –en este caso sólo varones- nos desplazamos el pasado domingo 30 de noviembre a la bella localidad de Tarragona para correr su Mitja. Desde hace semanas, la cita prometía mucho: ciudad cercana y bonita en la que relajarse, abundante presencia caspolina, ambiente siempre  agradable en el mundo runner, etc. Pero llegó la fecha y coincidió –caprichos del calendario- con el finde más lluvioso de los últimos años. El sábado debió ser un día duro para todos. A través de los cristales de nuestra casa, o de una habitación de Tarragona o Reus, pudimos ver la densa cortina de agua que caía a plomo y que, sin duda, nos hacía pensar que al día siguiente íbamos a sufrir para conseguir nuestro objetivo.
Pero el domingo, a pesar de que no vimos el sol en ningún momento, el tiempo dio una pequeñita tregua y nos dejó correr sin excesivos problemas, más allá de un chaparrón al poco de iniciarse la carrera y de tener que sortear continuamente un firme plagado de charcos diverso tamaño.
Mal día eligieron para debutar Alejandro y Raúl. Aquél, uno de los benjamines de la carrera, cubrió sin mayores problemas los primeros 10 km. de su vida y representó fenomenalmente a nuestro club. Raúl, por su parte, se atrevía con los 21 km. para iniciar su andadura de runner. Todo un reto. Y estuvo a la altura.

 

                                                                                                                                                                                                                 
Tras la salida, con puntualidad catalana, la serpiente multicolor formada por dos mil valientes congregados, comenzó a discurrir por las principales avenidas de Tarragona, evidentemente vacías de aficionados debido a una climatología nada favorable. Cada uno de nuestros representantes fue adaptando su ritmo a las pretensiones que tenía en carrera, y ésta poco a poco se fue estirando, con el sobresalto del chaparrón ya citado y momentos de incómodo viento en contra. El trío top -José Sancho, Javi Piazuelo y Javi Bielsa- cortando el viento como estiletes avezados; Miguel Campos, Carlos Molinos y Santi Barato, algo detrás pero corriendo a muy buen ritmo. Y Raúl Arnalda, Marcos Rodrigues y un servidor moviéndonos entre los globos de 1.55 y 2 horas, aguantando el tirón. Pedro Martínez optó por retirarse alrededor del kilómetro 8, al no superar las malas sensaciones provocadas especialmente por la meteorología adversa. La verdad es que el día estaba para cualquier cosa, menos para correr. Ánimo, compañero, que la siguiente será otra cosa!!

 









                                                                                                                                                                                                               

Superado ya el ecuador de la carrera, coronado el ligero pero nada agradable desnivel que nos llevó al corazón urbano de la ciudad (donde sí pudimos disfrutar al menos de un poco del calor del público), iniciamos un tenue descenso, nos avituallamos y caemos hasta esas largas y tediosas avenidas llenas de agua y vacías de gente. La tête de la course pasaba por el carril contrario a una velocidad de otra galaxia, mientras los mortales nos conformábamos con mantener el tipo y no perdernos en alguno de los innumerables clotes de la calzada. Un nuevo chaparrón, algo más pequeño que el anterior, y entrada ya en el puerto, en ese interminable espolón más largo que el palmarés del Madrid. No terminaba nunca. Personalmente, cuando todavía sin llegar al kilómetro 16 vi que en el carril de al lado pasaban bajo el rótulo del 20, pensé morirme. Casi cinco kilómetros por aquel inacabable puerto, con viento racheado y los pies “chipiaos”. La verdad es que tuve un momento de desánimo, máxime cuando mi compañero Marcos, con buen criterio, decidió apretar un poquito y pasar cuanto antes ese tramo que parecía el limbo de los olvidados. Me “agarré” como pude al globo de las 2 horas y traté de pensar en cosas bonitas mientras caían, con lentitud pasmosa, el 17, el 18, el 19…  Muchos corredores echaron el pie en el suelo en ese tramo, imagino que más por desánimo y cansancio acumulado que por la propia dureza del terreno, que en este punto era totalmente llano. Yo recurrí al espíritu de Juanito, al minuto 93 (Sergio Ramos elevándose en el cielo de Lisboa), a la imagen de mi amada esperándome con paciencia franciscana en la meta, o a la archiconocida pero no por ello menos efectiva arenga de Maxi: “¡¿Qué somos, leones o huevones!?”. El caso es que superé la crisis y pude acabar mi segunda media maratón, desterrando creo que para siempre el fantasma de la lesión que sufrí en la primera.
Apenas habían cruzado la meta los últimos corredores, el cielo descargó de nuevo una importante tromba de agua. Por fin un poquito de suerte, pensaría alguno. Y con razón.

 Resultados Media Maraton: Javi Bielsa 1:23:23, Javi Piazuelo 1:26:22, José Sancho 1:30:57, Miguel Campos 1:34:45, Carlos Molinos 1:35:04, Santiago Barato 1:48:48, Marcos Rodrigues 1:56:32, Alfredo Grañena 1:57:25, Raul Arnalda 2:04:40
Y en la 10k: Alejandro Oliva 48:57

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Por otro lado y una semana antes se celebro en Fabara la primera prueba del 2º circuito de carreras populares del Bajo Aragón Caspe con la nada despreciable cifra de 6 podiums


José Sancho 3º en Absoluta Masculina, Daniel Borruey 1º y Javi Bielsa  2º en veteranos A, Miguel Campos y Santiago Calavera 2º y 3º respectivamente en veteranos B, terminando con el 1º de Carlos Claveria en la distancia popular.

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