domingo, 11 de noviembre de 2012

Carta de un mojoncico en Italia


Hola a todos, para quitarme el mal sabor de boca del Vino del Somontano (es un decir) he decidido empezar la temporada corriendo otra carrera dedicada al vino, pero esta vez en Italia. En Módena, cerca de casa, se ha celebrado la 37ª Camminata del Lambrusco: el lambrusco es más un refresco que un vino y no soporta ninguna comparación con el Somontano. Es más, el lambrusco sería motivo más que suficiente para abandonar Italia, pero donde manda el corazón no manda el paladar. Así, me puse la camiseta del club y comencé la temporada el 1 de noviembre con 15 kilómetros por las llanuras de por aquí. Correr en Italia, si lo haces en carreras populares (las llaman “no competitivas”) es un mundo muy especial: multitudinario, desorganizado, con una media de edad escalofriante (por alta), donde no se dan premios ni clasificaciones y donde se compagina el caminar con el correr. Para saber en qué posición he llegado me aconsejaron salir entre los primeros y luego contar cuántos te pasan y a cuántos adelantas, lo que no deja de ser otro entretenimiento. A pesar del desorden es un experiencia fascinante: en pueblos de trescientos habitantes se pueden llegar a juntar hasta mil personas a las 9 de la madrugada de un domingo con niebla y frío para participar en estas “camminate” sociales y casi siempre solidarias tras pagar una inscripción de 1 o 2 euros que van a parar muchas veces a organizaciones con voluntad de ayuda. En primavera y verano se pueden organizar, en los alrededores de donde vivo, hasta tres en una semana, siempre por la tarde y siempre con muchos corredores sonrientes alrededor. Te puedes encontrar con gente que va a 3'30” el kilómetro y con otros que se lo toman con más calma, pero siempre he disfrutado de un ambiente participativo, como de entrenamiento social y festivo. La temporada pasada corrí una docena de ellas y me aficioné al desorden, a la improvisación, a la participación masiva, y a las cenas populares de después. Quien quiera curiosear y ver la cantidad de eventos de este tipo que se organizan por aquí puede consultar una lista en


Esta temporada, si las lesiones y la edad lo permiten, me apetece preparar el invierno y pasear la nueva camiseta del club por un buen número de estas diversiones atléticas. El de doy (4 de noviembre) tenía la salida a las puertas de un castillo del siglo XIV y el recorrido por entre campos de vid (el lambrusco me persigue) y frutales. Han sido 14 kilómetros estupendos. Os mando una fotografía del amarillo y negro entre la niebla. Buena temporada a todos y a todas.


 

Buenos entrenamientos y felices carreras. Carlos

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